
Un Patrimonio en Transformación en Querétaro
La Hacienda Casablanca, construida en el siglo XVIII, fue una de las más significativas de la región de Querétaro, que durante el siglo XVII se consolidaba como una ciudad virreinal de gran importancia. Originalmente propiedad de Don José Martínez, la hacienda tuvo un papel crucial durante el Sitio de Querétaro, donde funcionó como cuartel para las tropas de caballería de Tomás Mejía.


A finales del siglo XVIII, parte de sus terrenos se vendieron al Ayuntamiento para la creación de la Alameda, reflejando la dinámica de desarrollo urbano de la época. Sin embargo, a principios del siglo XX, la hacienda comenzó a perder su esplendor bajo la propiedad de Don Noradino Rubio, con sus terrenos distribuidos para la construcción de nuevas colonias.
Para la década de 1960, sólo quedó una parte del casco y la casa principal, que se conectaba con la Carretera Panamericana, hoy conocida como Avenida Constituyentes. En las décadas siguientes, el lugar vivió diversas transformaciones, convirtiéndose en restaurantes y en el Hotel Casa Blanca, antes conocido como Hotel Comfort Inn.

En 2004, la restauración de la casa principal la revitalizó como un restaurante de cocina española, marcando así un resurgimiento de su herencia histórica en el contexto urbano moderno.
Hoy, la Hacienda Casablanca simboliza la mezcla de la historia y la modernidad en Querétaro, siendo un recordatorio de su rica trayectoria cultural y arquitectónica. La imagen de la casa principal en 1967 evoca el legado de este emblemático lugar en la memoria colectiva de la ciudad.